miércoles, 12 de julio de 2017

Adolfo Cabada, figura destacada del Municipal



En los años 40, apareció un jugador peruano en quien se juntaban equilibradamente las cualidades más óptimas y las virtudes que distinguen al deportista cabal, ese joven jugador, zaguero del Deportivo Municipal se llama Adolfo Cabada Longoria, le apelativo era "Fitín", peleando como un león la pelota y siempre con la moral alta, un corazón grande para jugar el futbol.
En el Estudiantil Breña, un equipito de calichines del barrio del mismo nombre estuvo enrolado en 1932 empezando en él, a los 12 años, el cultivo metódico del balompié. Con su peculiar animosidad y sus dotes de corrección y lealtad que ya entonces lo distinguían sobresalió entre sus compañeros y 
se ganó bien pronto el ascenso. Hacia 1938 era integrante del equipo infantil del Centro Iqueño, jugó dos temporadas en éste equipo.
El 6 de junio de 1943 jugaban un encuentro amistoso, Deportivo Municipal y Alfonso Ugarte de Chiclin. Cabada, que reforzaba a los Diablos Rojos salió del campo en el segundo tiempo en reemplazo de "Choquilla" Perez. El estaba rindiendo uno de sus mejores partidos, cuando sucedió aquél choque violento con Quiñonez, que los aficionados conocen y cuyas consecuencias lo tuvieron alejado de toda actividad deportiva por 3 años. Por supuesto, que ya nadie pensaba en la reaparición de Cabada y su nombre vivía en el recuerdo de los aficionados. Pero volvió al campo, curado físicamente y con la moral incólume, pues nunca se contagió de pesimismo, ni sufrió menoscabo, aún en las horas más negras de la adversidad.
Por el año 1946, el gran "Fitín", destacaba en el Deportivo Municipal, jugó hasta 1952. Luego sería contratado en el año 1954 por el Atlético Chalaco hasta el año 1957.
Hay que resaltar que no era un jugador con la habilida
d de otros, pero lo que ganaba, era prodigiarse con generosidad, con ardoroso e indeclinable celo en defensa de su divisa, un claro ejemplo de un deportista a carta cabal.

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