miércoles, 15 de octubre de 2014

Juan Rivero Arias, ejemplo de un buen deportista

Desde muy niño, sentí gran inclinación por el fútbol. Es algo hereditario lo que me impulsó a practicarlo. Mi padre fue futbolista y de los buenos. Jugó por el Atlético Chalaco, Sport Boys e integró al Alianza Lima cuando fueron a Chile. El me alentó en todo momento para que practique el fútbol.
Mi interés era muy grande desde chico para jugar fútbol. El "Independiente" club del barrio de Chacaritas, armó un equipo de calichines y me ubicaron de centro delantero. Creo que mi vocación siempre fue esa: para marcar goles. Y en realidad los conseguía. El mayor aliciente que sentía era el gran impulso que me daba mi padre. Un día de partido en la Siberia (cancha de fútbol en el Callao), me vio don Gualberto Lizárraga y me habló para que fuera al Sport Boys a probarme. Tenía 8 años y la oportunidad que se me daba era magnífica. Fui el día señalado y me encontré con un cuadro muy singular. Ese día se estaban probando 50 muchachos, y tuve la suerte de entrar a los calichines. Cuando integré ésta categoría jugué en casi todos los puestos. Hice de arquero, defensa y prácticamente me desempeñaba en todos lados. Así pasaron los años y yo seguí avanzando en las categorías. Pasé por los infantiles, juveniles, cuarta especial, reserva y primer equipo. Osea que mi
formación futbolística la realicé íntegramente en el Sport Boys, y soy un futbolista hecho de las divisiones inferiores.
Mi debut como profesional fue en 1967. Jugamos en Arequipa contra el Melgar y precisamente era el aniversario de la ciudad. Ganamos 2 a 1 y marqué el gol del triunfo. El entrenador César Brush me ubicó en aquella oportunidad de puntero izquierdo. Mi primer partido en Lima lo jugué contra el Centro Iqueño y ganamos 2 a 1. Yo quería jugar de centro delantero, pero el entrenador me ubicaba de interior.La razón era simple, no tenía aún mucha fuerza y me faltaba contextura física. Pero toda esa carencia de atributos físicos, los suplía con mi dominio del balón.
En 1968 me convocaron a integrar el seleccionado amateur que buscaría clasificarse para intervenir en las Olimpiadas de México. No pusieron mucho interés en la preparación de este seleccionado, pese a que habían buenos elementos. Estaban "Pancho" Gonzales, Dupuy, Alva, Cruces y muchos más. Nos eliminó Colombia, pero cumplimos una buena actuación. Ese seleccionado me trae lindos recuerdos, porque fue la primera oportunidad que vestí los colores peruanos.
En 1969, el profesor Chiarella me ubicaba en diferentes puestos y creo que le respondía. Era volante, otras veces wing derecho, también centro delantero. En este puesto desarrollé todas mis aptitudes y creo que mi mejor año fue en 1970 donde conseguí anotar muchos goles, obteniendo elogios y las primeras satisfacciones de mi corta carrera profesional.
Fue así que en Marzo de 1971, el Alianza Lima requirió de mis servicios. Consulté esta propuesta con mi padre y él me hizo ver, que el futuro de un futbolista es limitado, y que Alianza Lima es un cuadro grande, que me brindaría una seguridad económica. Tuve mucha pena en dejar el Boys, pero consideré que uno es profesional y debe buscar ante todo asegurar su porvenir.
Años después jugó por el CNI de Iquitos, Alfonso Ugarte de Puno y por el Atletico Grau de Piura, club en el que se retiró, luego de jugar en Venezuela (Valencia) y en Bolivia (San José de Oruro). Fué varias veces preseleccionado y seleccionado para representar al Perú.

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